La gente dice que Isabella tiene la suerte de haber sido adoptada, pero no se equivoquen, somos nosotros quienes hemos sido bendecidos y dotados con este niño. Mientras me siento aquí viendo dormir a mi hermosa niña y preocupándome por nuestra última cita con la embajada de mañana, tengo paz. No tengo la paz de que la cita salga bien (porque probablemente no lo hará), sino la paz que solo Dios puede dar. Tengo la paz de que hay cientos de personas orando por nosotros en este momento. Y tengo la paz de que no importa el papeleo que requiera la embajada, esta es mi hija, elegida y protegida por Dios hasta que nos la entregó hace casi 3 años. Lo supe en el momento en que la vi. Mi niña, con su cabello revuelto en coletas y su sonrisa fácil. Hija mía, con la picardía en sus ojos incluso cuando no está causando daño. Mi hijo con un chillido de risa que todos los vecinos pueden escuchar. Mi hijo con una terquedad inigualable. Este niño con el que Dios me ha bendecido.
Somos nosotros los que hemos sido bendecidos y no al revés. Se ha dicho que la adopción es el único trauma en el mundo en el que toda la sociedad espera que sus víctimas estén agradecidas. Esto también es cierto para mi hijo. Isabella ha perdido a dos madres en su corta vida. Tiene una madre biológica que se preocupa lo suficiente por ella como para saber que no podría darle la mejor vida. Una mujer que la envolvió en una colcha antes de entregarla. Una segunda mamá que la meció, la alimentó, le secó las lágrimas y la amó durante 3 años. Perdió a esas mamás y nunca supo que existía un papá antes de llegar a nuestra familia. No, no ha sido bendecida, pero ha vivido más tragedias de las que se merece. Pero mientras observo a mi hermoso hijo, recuerdo la grandeza de Dios. Él también ha sentido la tragedia que ella ha vivido. Él también sintió su dolor. Y luego nos la dio para ayudarla a sanar y amarla como ama cualquier mamá. Independientemente de cuántas reuniones más debamos ir a nuestra cantidad de papeleo más debemos conseguir, soy su madre y estoy muy, muy bendecida de tener este título.
Liz Stockton dice
Orando contigo por este encuentro.
Walt Weible dice
He rezado para que esto sea lo último, ¡que hoy Isabella sea totalmente tuya! Que Dios les conceda este deseo y los bendiga a ambos mientras la proveen y la llevan a la edad adulta.